viernes, 27 de mayo de 2011

CUMPLEAÑOS DE LA SECTA DEL PROFESOR ROJO

                                                                                                             
Ahora que el curso se acaba y vuestras neuronas están pensando más en la playa que en las ecuaciones de segundo grado, se cumple un año del momento en que unos cuantos profesores se unieron  para dar forma a LA SECTA DEL PROFESOR ROJO (y, unos meses después, METAMORFOSIS EDUCATIVA, el blog del grupo: http://www.educahistoria.com/metamorfosis/),. ¿Qué mejor momento para recordar el texto fundador del grupo? Lo firmaron Jordi de la Torre y Cèlia Sevilla, los primeros en imaginar el camino que luego otros (profesores y alumnos) también decidimos tomar.
Aquí tenéis el texto, alumnos rojos, seguidores de Menard y demás criaturas de la noche:
 
                                                                                              
LA SECTA DEL PROFESOR ROJO: EL TRÁNSITO DEL GRIS AL ROJO

¿Qué es el gris?

La repetición sin sentido, la pérdida en el abstracto, esperar que salga el conejo de la chistera,  que alguien me salve, que me marquen el camino correcto. Que me digan lo que tengo que pensar, decir y hacer.
La falsa seguridad, la resignación, el victimismo. Hacer lo que hacen todos. No cuestionarme más allá de mi ombligo. Sentirme inútil y creérmelo. Perpetuar el sistema absurdo. Cargarme con las culpas de todo. Ser infeliz hora tras hora. No tener más ilusión que esperar que toque el timbre. Juzgar todo lo que veo: este alumno es un cazurro, ese profesor es un inepto, aquella alumna no será nunca nada en la vida.
Calcar los días y los años. Repetir que las cosas no tienen arreglo para no luchar por cambiarlas. No saber muy bien de dónde vengo ni adónde voy, ni qué hago aquí. Ansiar lo que me falta y menospreciar lo que tengo. Asignar a los alumnos la etiqueta de enemigos peligrosos que me quieren cabrear. No esperar más recompensa de la enseñanza que un mísero sueldo a final de mes.
Desconfiar de mis compañeros, clasificarlos, construir fronteras y peajes. Aislarse de lo desconocido. Atribuir el poder a todo bicho viviente y proclamar con rabia que yo soy el último mono.  Esperar con ansiedad las vacaciones.
Refugiarse en los libros de texto, la biblia de cualquier docente gris. Los padres son unos ineptos y no tienen ni idea del monstruo que están alimentando. Nos pagan para enseñar nuestra asignatura, es igual si la aprenden los alumnos o no, es igual si se aburren como ostras, que nadie me pida lo que no me corresponde. No quiero saber nada de la vida de los demás. Yo sólo soy ciencia. Yo sé más que ellos. Por qué los alumnos no me respetan.

¿Qué es el rojo?

Pasión, energía, amor, alegría. No soy infalible, no tengo que exigirme nada, no espero sólo facilito. Me dejaré la piel porque amo lo que hago. Ser profesor es maravilloso. Ocupa mi tiempo que es lo más valioso de lo que dispongo. No estoy solo, los alumnos me ayudarán.
No soy víctima de ningún sistema, soy agente renovador de un nuevo mundo que se crea conmigo. En mí nacen todas las posibilidades. No entiendo el fracaso. Tengo miles de oportunidades para llegar al corazón del alumno y despertar sus capacidades. No soy juez. No quiero que me juzguen. No puedo condicionar el futuro de mis alumnos.
Mis palabras son herramientas extraordinarias. Me lo quiero pasar teta con mis alumnos, también sufrir con ellos cuando están tristes. Colisionar, abrazar, enfrentarme, perdonar, somos seres humanos que fluyen a cada instante. Les entiendo y por eso creo que ellos me entienden.
Me preocupan, me flipo con sus cambios y ellos con los míos. No hay límites por eso nadie me puede limitar. Estoy exhausto pero feliz, merezco unas vacaciones. Puedo aceptar mis errores. ¿Son errores? Quiero mejorar. No existe ningún alumno igual.

EL TRÁNSITO DEL GRIS AL ROJO
 
El profesor está en el trampolín, sujeta con fuerza el trapecio gris. Mira cómo el trapecio rojo, unos metros más allá, va y viene, es el objetivo. Siente miedo, duda. ¿Por qué quedarse cómodamente en el trampolín? Es su inestable seguridad.
Algo en su interior le convence de que es imposible. Si ha subido hasta allí arriba es porque sintió la necesidad de engancharse al trapecio rojo. Se siente seducido por la energía que desprende ese color. No sería honesto desandar lo andado, tampoco se sentiría bien. Saltará.
Cuando se convence empieza a respirar algo más tranquilo. Pero mira al suelo y siente vértigo. Si falla y no puede asirse al trapecio rojo las consecuencias pueden ser fatales. Los latidos vuelven a acelerarse, el miedo le produce ofuscación y es incapaz de visualizar la tupida red que lo protege de la dureza del suelo.
Sólo concentra su mirada en la seguridad del trampolín, la pesadez que le trasmite el trapecio gris y la seducción que ejerce el trapecio rojo. La red del amor es invisible pero ofrece toda la confianza para dar el salto. En esa red está todo el amor que recibió de sus padres. Ellos le quisieron y él quiere a sus alumnos.
El tejido de esa malla nunca se podrá deshacer por mucho peso que soporte, siempre lo abrazará amoroso. También están entretejidos con hilo de amor los sentimientos de los profesores que confiaron en él, que se lo expresaron y que le ayudaron a ser quién es hoy.
Las voces imperceptibles de todos ellos le animan a dar el salto más prodigioso de su vida. Se siente orgulloso de que estén allí. Pero aún hay más. En la red también aparecen sus hijos. No quiere para ellos profesores adiestradores de rutinas instalados en el trapecio gris, desea que muchos profesores rojos se crucen  en sus vidas y les ofrezcan llaves para abrir de par en par baúles repletos de herramientas para transitar por esta vida en busca de la felicidad.
En justa correspondencia con los padres de sus alumnos es inminente el salto. Un pie se mueve, el otro toma impulso, se acabó el tiempo de la razón, es hora de rendirse y dejarse llevar por la fuerza del amor. Durante unos segundos queda suspendido en el vacío, tiene tiempo de ver cómo el trapecio gris vuelve hacia atrás y las sombras lo devuelven al pasado. Lo honra, fue útil en su momento, pero ahora es necesario asirse al trapecio rojo que se aproxima refulgente y poderoso.
Desde la liviana ingravidez es capaz ahora de identificar todos los tejidos que componen la red del amor, el profesor se reviste de una seguridad que le hace estirarse y con decisión abrazar el nuevo trapecio. Toma consciencia de quién es y se inviste de una fuerza renovada. Él ha decidido deliberadamente ser un profesor rojo. Ya sabe que es temporal, nuevos trapecios le esperan. Pero también intuye que a partir de este primer salto todo será más fácil.

jueves, 19 de mayo de 2011

4º ESO: CUENTOS FANTÁSTICOS DE LOS ALUMNOS





                                                                         
El arreglaerrores
Lidia Maria Montes Pedrera

Encontrada mujer muerta, en el piso donde residía con su marido.

En el colegio zurraba a todos los niños, no los aguantaba, los odiaba y punto, no había nada que hacer. Pulsé. La gente me adoraba, era una niña preciosa.
Más mayor, no aguantaba ciertas clases de mi instituto, me iba sin ningún tipo de problema de clase, no las aguantaba. Pulsé. Me saqué el graduado con un 10 y me licencié en Medicina.
Cuando ya no aguantaba a mi madre y empezábamos a tener una discusión, huía y volvía a casa siempre que me apetecía. Pulsé. Mi madre me amaba con locura, creía que tenía la mejor hija del mundo.
Cuando una de mis amigas me traicionó, la maté, pensé que se lo merecía. Pulsé. Esa amiga, cada día de su vida, me ha dicho lo mucho que le hago falta.
Pulsé, pulsé, pulsé, pulsé…
Al hacerme adulta, me casé con el hombre de mi vida y me maltrató…
No tengo pulso, ni donde pulsar.


                                                                                                       
EL SONIDO DEL SILENCIO
Alejandro Haro Medina

En un pueblo de alta montaña no muy lejano del mar, una peña de colegas
estaba al lado del río haciendo botellón.
Era verano, sobre la media noche. Estaban sentados en un árbol que previamente había sido derribado por un rayo, a causa de ese percance
estaba de color negro,  tenían la música alta, algo normal durante un botellón, no había vecinos cerca, solo un hombre ya muy mayor que vivía a menos de quinientos metros de allí. De  repente no se oía nada, entre ellos no se podían hablar ya que no se escuchaban. Poco a poco se les acercó un hombre, que tiraba de un carro con unos altavoces de madera.
Todos le empezaron a preguntar y el hombre como buen educado que estaba les respondió que eran unos altavoces que tenían la capacidad de reproducir el sonido del silencio.
Todos los colegas se enamoraron de los altavoces le preguntaron cuánto quería por ellos y él les contesto que quería que le enseñasen a tener más vitalidad humana.
Al poco tiempo se encontraron a todos los de la peña asesinados todos y cada uno de ellos con estacas de madera negra carbón clavadas en el corazón.

miércoles, 18 de mayo de 2011

4º ESO: EL LENGUAJE DE LA PUBLICIDAD

                                                                       
En el siguiente enlace que os dejo, si vais al Apartado "TIPOLOGÍA TEXTUAL", y dentro de este abrís "El lenguaje de la publicidad", encontraréis información y actividades on line sobre la publicidad, que vamos a trabajar en las prósimas sesiones, como complemento del libro de texto.
                                                                  
http://materialesdelengua.org/LENGUA/index_lengua.htm

lunes, 16 de mayo de 2011

4º ESO: LA PARADOJA DE AQUILES Y LA TORTUGA

¿Qué es una paradoja? Los cuentos de Borges están llenos de ellas, y de la paradoja suele surgir en ellos el efecto fantástico. Hay una particularmente famosa: la de Aquiles y la tortuga. Leamos un texto de Borges sobre ella:

"Hay un concepto que es el corruptor de los otros. No hablo del Mal cuyo limitado imperio es la ética, hablo del infinito. Yo anhelé compilar alguna vez su móvil historia. A esa ilusoria Biografía del infinito pertenecen de alguna manera estas páginas. Su propósito es registrar la segunda paradoja de Zenón.
Recordemos, ahora, esa paradoja.
Aquiles corre diez veces más ligero que la tortuga y le da una ventaja de diez metros. Aquiles corre esos diez metros, la tortuga corre uno; Aquiles corre ese metro, la tortuga corre un decímetro; Aquiles corre ese decímetro, la tortuga corre un centímetro; Aquiles corre ese centímetro, la tortuga un milímetro; Aquiles Piesligeros el milímetro, la tortuga un décimo de milímetro y así infinitamente, sin alcanzarla...
El más lento no será alcanzado por el más veloz, pues el perseguidor tiene que pasar por el sitio que el perseguido acaba de evacuar, de suerte que el más lento siempre le lleva una determinada ventaja.
[...]
Es aventurado pensar que una coordinación de palabras (otra cosa no son las filosofías) pueda parecerse mucho al universo. El arte siempre requiere irrealidades visibles. Admitamos lo que todos los idealistas admiten: el carácter alucionatorio del mundo. Hagamos lo que ningún idealista ha hecho: busquemos irrealidades que confirmen ese carácter.
Nosotros hemos soñado el mundo. Lo hemos soñado resistente, misterioso, visible, ubicuo en el espacio y firme en el tiempo; pero hemos consentido en su arquitectura tenues y eternos intersticios[hendidura o espacio, por lo común pequeño, que media entre dos cuerpos o entre dos partes de un mismo cuerpo] de sinrazón para saber que es falso."

viernes, 13 de mayo de 2011

4º ESO: BIENVENIDOS A LOS LABERINTOS DE JORGE LUIS BORGES

Para empezar nuestro viaje por los laberintos, aquí tenéis una reconstrucción en 3D de la biblioteca de Babel, escenario de unos de los cuentos más famosos de Jorge Luis Borges:

http://www.youtube.com/watch?v=fRC04j_q11M&feature=related

A continuación tenéis un cuento del escritor argentino, sobre el que luego se incluyen actividades:

                                                                             
EL DISCO
Soy leñador. El nombre no importa. La choza en que nací y en la que pronto habré de morir queda al borde del bosque. Del bosque dicen que se alarga hasta el mar que rodea toda la tierra y por el que andan casas de madera iguales a la mía. No sé; nunca lo he visto. Tampoco he visto el otro lado del bosque. Mi hermano mayor, cuando éramos chicos, me hizo jurar que entre los dos talaríamos todo el bosque hasta que no quedara un solo árbol. Mi hermano ha muerto y ahora es otra cosa la que busco y seguiré buscando. Hacia el poniente corre un riacho en el que sé pescar con la mano. En el bosque hay lobos, pero los lobos no me arredran y mi hacha nunca me fue infiel. No he llevado la cuenta de mis años. Sé que son muchos. Mis ojos ya no ven. En la aldea, a la que ya no voy porque me perdería, tengo fama de avaro pero ¿qué puede haber juntado un leñador del bosque?

Cierro la puerta de mi casa con una piedra para que la nieve no entre. Una tarde oí pasos trabajosos y luego un golpe. Abrí y entró un desconocido. Era un hombre alto y viejo, envuelto en una manta raída. Le cruzaba la cara una cicatriz. Los años parecían haberle dado más autoridad que flaqueza, pero noté que le costaba andar sin el apoyo del bastón. Cambiamos unos palabras que no recuerdo. Al fin dijo:

-No tengo hogar y duermo donde puedo. He recorrido toda Sajonia.

Esas palabras convenían a su vejez. Mi padre siempre hablaba de Sajonia; ahora la gente dice Inglaterra.

Yo tenía pan y pescado. No hablamos durante la comida. Empezó a llover. Con unos cueros le armé una yacija en el suelo de tierra, donde murió mi hermano. Al llegar la noche dormimos.

Clareaba el día cuando salimos de la casa. La lluvia había cesado y la tierra estaba cubierta de nieve nueva. Se le cayó el bastón. y me ordenó que lo levantara.

-¿Por qué he de obedecerte? -le dije. -Porque soy un rey contestó.

Lo creí loco. Recogí el bastón y se lo di.

Habló con una voz distinta.

-Soy rey de los Secgens. Muchas veces los llevé a la victoria en la dura batalla, pero en la hora del destino perdí mi reino. Mi nombre es Isern y soy de la estirpe de Odin.

-Yo no venero a Odín -le contesté-. Yo venero a Cristo.

Como si no me oyera continuó:

-Ando por los caminos del destierro pero aún soy el rey porque tengo el disco. ¿Quieres verlo?

Abrió la palma de la mano que era huesuda. No había nada en la mano. Estaba vacía. Fue sólo entonces que -advertí que siempre la había tenido cerrada. Dijo, mirándome con fijeza: -Puedes -tocarlo.

Ya con algún recelo puse la punta de los dedos sobre la palma. Sentí una cosa fría y vi un brillo. La mano se cerró bruscamente. No dije nada. El otro continuó con paciencia como si hablara con un niño:

-Es el disco de Odín. Tiene un solo lado. En la tierra no hay otra cosa que tenga un solo lado. Mientras esté en mi mano seré el rey.

-¿Es de oro? -le dije.

-No sé. Es el disco de Odín y tiene un solo lado.

Entonces yo sentí la codicia de poseer el disco. Si fuera mío, lo podría vender por una barra de oro y sería un rey.

Le dije al vagabundo que aún odio:

-En la choza tengo escondido un cofre de monedas. Son de oro y brillan como el hacha. Si me das el disco de Odín, yo te doy el cofre.

Dijo tercamente:

-No quiero.

-Entonces -dije- puedes proseguir tu camino.

Me dio la espalda. Un hachazo en la nuca bastó y sobró para que vacilara y cayera, pero al caer abrió la mano y en el aire vi el brillo. Marqué bien el lugar con el hacha y arrastré el muerto hasta el arroyo que estaba muy crecido. Ahi lo tiré.

Al volver a mi casa busqué el disco. No lo encontré. Hace años que sigo buscando. 



¿Es posible un disco de una sola cara como el que aparece en el cuento? Para responder a esta pregunta, os dejo aquí un enlace sobre la cinta de Moebius, una superficie con una sola cara. En el enlace se nos explica, entre otras cosas, por qué esta cinta o banda solo tiene una cara.

                                                                                                   
http://es.wikipedia.org/wiki/Banda_de_M%C3%B6bius
 


ACTIVIDADES SOBRE EL CUENTO "EL DISCO":            

1) ¿Quién narra la historia? ¿Es un narrador fiable o no es del todo fiable (no cuenta toda la verdad al lector), y qué datos o comentarios te permiten deducirlo?

2) ¿Qué hecho fantástico se narra? ¿Qué efecto causa en el lector: miedo, intriga, inquietud...? ¿Y en el protagonista de la historia?

3) ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre este cuento y los otros cuentos hispanoamericanos que hemos trabajado en clase?

4) Escribe un microrrelato (10-15 líneas) sobre un objeto imposible que tú mismo imagines. Mantén la primera persona gramatical, pero sitúa el relato en un espacio y un tiempo concretos y actuales.

                                                                            

viernes, 6 de mayo de 2011

RELATOS POLICÍACOS DE LOS ALUMNOS: AND THE WINNER IS...

En vez de un ganador, tenemos dos: aquí tenéis los dos relatos policiales más destacados de entre todos los que me habéis enviado. Prestad especial atención al segundo, que trata de la misteriosa desaparición de un tal Charlie...

NO SIEMPRE LLUEVE AGUA (LIDIA MARÍA MONTES)  
                                                                             
Aquella noche el restaurante iba a tener varias reservas. El comedor estaba completamente lleno. La dueña pensó que seria una noche dura, pero recompensada. Ya que la ultima reserva dijo que pagaría 70€ por persona.
Llegó la noche. Había luna llena. Por lo tanto, la reserva que he mencionado antes, decidió cenar en la terraza, a la luz de la hermosa luna.
Pidieron y esperaron. La mesa estaba compuesta por ocho personas. La mitad hombres, la otra mitad, mujeres.
-¡Siempre haces lo mismo! ¡Eres un desgraciado! ¡Qué el diablo te lleve al infierno! –un hombre, de 30 años, molesto por un comentario del que había insultado, le alteró. Su nombre era David Echegaray, un importante empresario.
-¿Disculpa? ¿A caso quieres que salga a la luz aquello…? –le respondió el insultado, de la misma edad que el otro. Se llamaba Daniel.
David calló y se sentó. Este no habló en toda la cena, tan solo (si le preguntaban) algo hablando con pocas palabras. Acabaron la cena y David fue al baño. Pasó allí diez minutos.
Al rato, Daniel se dirigió a los servicios. Al levantarse, llegó David.
-Te acompaño. –dijo Jou, amigo de David.
Los dos caballeros permanecieron tres minutos en el servicio.
-¡Ayuda! ¡David está muerto! –Jou era presa del pánico. Todos los amigos fueron hasta el baño. Allí vieron a David con cara de angustia –claramente muerto por veneno–.
-¿Qué ha pasado? –preguntó la dueña del restaurante.– ¡Oh! Llamaré a la policía. Qué desgracia…
-¡Tú eres el asesino!– la novia de David acusó a Jou.
-No. Él no ha sido. –dijo un chico, que tenía poco más que 19 años.
-¿Y tú quién eres para decirlo? –dijo, de nuevo, la novia, llorando.
-Soy detective. Llámenme Luis.
El detective inspeccionó la puerta, luego, el cuerpo de la víctima. Habló con los amigos de esta última y resolvió el caso.
-El asesino es usted, señor Daniel. Fue al baño y puso una trampa. Al primero que abriese la puerta le caería una gota del veneno en la cabeza. Pero solo al primero. Como usted conoce a la víctima, supo que se llevaría la mano a la cabeza, lo mojaría con el líquido y después humedecería uno de sus dedos. Comprobó esto ayer, ¿verdad? Ayer llovió, hizo esto mismo con la lluvia, ¿no?
-No tiene pruebas. Además, podría haber entrado cualquier persona antes que él.
-¡No! Yo escuché como le decías a David que entrase al baño justo después que tú. –dijo Jou.
-Y no solo eso, para asegurarse, añadió en la copa de la víctima un líquido que provoca escapes de orina.
-Maldito detective… Pues sí. Lo maté. Pero se lo merecía. Sobornaba a mi hermana, la acosaba. Una persona así no tiene otro sitio en el universo que el infierno. He tenido valor. Le maté.
-Te equivocas. –el detective rió– Valor es una palabra de justicia. Es la capacidad que nos permite hacer frente al miedo con confianza y determinación. No puede usarse como excusa para matar a alguien.
Efectivamente, él fue el asesino. Fue condenado a prisión. Pero nunca olvidó las palabras del detective.
NEGRO PASIÓN (RENAT SUPICHENKO)                               
El sol cayo rendido entre las montañas ya hace horas, pero yo seguía tan despierta como siempre. No me gustaba hacer esperar a los demás, asique fui la primera en llegar al salón, hasta que vi venir a todos uno por uno :
-¿ Estamos todos ?- Dije moviendo lentamente mis labios rojo pasión derrochando todo mi glamour. Luego, con un fluido cruce de piernas me incorpore, y hice crujir el viejo suelo de madera con mi zapato de tacón hasta llegar a la puerta, y cerrar esta con un gesto carnal.
-Me gustaría saber porque no ha convocado señorita Catelina, ¿ es que ya no tiene suficiente aun interrogarnos ? - Rossa estaba nerviosa y amarrada a su hija, protegiéndola, o mas bien, parecía que ella se quisiera proteger con su hija.
-Ms. Rossa, no nos iremos de aquí hasta que yo acabe, porfín descubrí el misterio – caminé firmemente moviendo la cadera mientras me recogía el dorado pelo por detrás de la espalda y me senté en una silla de tal modo que podía observar a todos.
-Usted no parece detective ni nada, ha salido de un burdel señorita, de un burdel! – Con una agresiva expresión el señor Winston se levantó de su silla, apuntándome con su huesudo dedo.
Yo no cambié mi compostura, ni me enfurecí por el desafortunado comentario, simplemente me crucé de piernas nuevamente :
-Bien – hice un breve pausa – Como sabéis, estos últimos ocho días no podíamos salir de este lugar, y creerme, todos tenemos afán por hacerlo; pero esta es nuestra ultima noche en esta universidad. Además, el primer día descubrimos que todos nuestros coches, menos el mio, tenian las ruedas delanteras descinchadas, y encontremos el cuerpo del difundo Charly en el cuarto de limpieza. El único que tiene acceso a el conserje, pero todos ustedes tenían motivos para hacerlo...
-Hm... Aver si es usted la quien se lo a cargado y pretende pasarse por detective y echarnos la culpa a nosotros – Paráfrasis de la cual cedí y prolongue mi explicación :
-Asiqué... es la hora que salga todo a luz, y explicar todos lo echos; uno, por uno – Gesticulé voluptuosamente. - Como sabéis oímos historias muy interesantes, pero no tan sorprendente como la de usted señor Deivid, fue realmente curioso descubrir que usted y el Señor Charly estudiasteis juntos en la universidad, y por las malas relaciones que teníais; siempre discutiendo y peleando, nunca estabais de acuerdo, pero... una persona estudiosa, inteligente y con su vida ya medio echa no cedería a una tontería así verdad, además, cuando se cometió el crimen usted estaba en su cuarto leyendo un libro, al lado del mio, y solo tenia las llaves de las aulas. No tenía acceso al sitio del crimen.
-Es así, ¿ pero usted como sabe eso sobre mí y Charly ? - Preguntó más relajado sabiendo que estaba fuera de los sospechosos.
-Eso no importa ahora, solo esta descalificado de los lista. - Corté perspicazmente su pregunta y seguí – Luego tenemos el señor Winston... No tiene una cuartada muy sólida, ya que según mis cálculos, usted era el único desaparecido en el momento del asesinato, puede ser que lo cometió usted, o puede ser que no... Se abstiene por motivo para hacerlo, y solo por eso usted no es el culpable – Winston alzó su mirada por encima del hombro y me miro con cara de repugnancia suprema, pero permaneció en silencio y yo no dude con continuar – Bien, quedan menos, quedan tres : señora Rossa, al primer día, al llegar aquí ya tuvo un grave discusión con el fallecido, según usted, fue por cuestiones de su hija. Además,le noté un raro comportamiento señorita Rossa – La mujer estremecía y apretaba a su hija con todas las fuerzas – ¿ Cómo que se cambió de ropa, mientras que todo seguimos vestidos como el primer día que lleguemos aquí ?
-Mi hija reside en el campus, tiene ropa aquí, este vestido es suyo y me lo ha prestado – Dijo con inseguridad.
-Bien – Dije con un largo suspiro – Aparentemente usted tiene también cuartada, junto a su hija, que el día en que os interrogue individualmente la explicación de su hija era idéntica a la suya... Esto hace que solo quede usted, señor Pedro, no tiene una cuartada muy sólida, y tenía las llaves de la habitación.
Pedro mantenía la vista baja, pero tenia los ojos abiertos y estaba muy atento.
-¿ Está insinuando que he sido Pedro quien lo ha matado ? ¡Tenemos que buscar el arma y podremos marcharnos de aquí! - Parecía alegrarse de una cierto modo Rossa.
-No, lo dudo, la habitación del conserje queda demasiado lejos del lugar del crimen, ademas, dudo que en tan poco tiempo pudiera llevar difunto a ese cuarto, asesinarlo allí e irse.
-Entonces queda solo la hija de la señorita Rossa, Angela, ¿fue ella ? - Añadió Deivid, pero asentí negativamente con la cabeza y me quede pensativa.
-¿ Entonces quien ha sido, usted ? - Dijo Winston un tono muy irónico.
-No, solo quería que el asesino abajara la guardia, pero ya no tengo que hacer más teatro, porque el asesino cometió un error realmente estúpido; Señora Rossa, como sabe usted que Charly fue asesinado por una arma ? - Hubo un pausa de unos cuantos segundos, cuando señorita Rossa, sudada y con la cara distorsionada empezó justificarse :
-Solo me lo he imaginado...
-Es simple, me avergüenzo de que a utilizado a su hija para cubrirse, pero la verdad siempre sale. Usted sabia que Angela mantenía relaciones con el señor Charly ¿ Verdad ? Y también supo que Angela quedó embarazada de el, más tarde, pasó el accidente del cual aún los alumnos siguen señalando a su hija con el dedo, Angela se cayó por las escaleras, y perdió la criatura. Pero fue básicamente una maquinación del señor Charly, el cual queria cubrir el secreto de las escapadas pasionales que tuvo con Angela. Pero ella no se cayó, si no que Charly la empujó. Usted lo descubrió, y lo planeó todo : su hija llamaría al señor Charly (que ese posiblemente tenía la llave de esa habitación, quizás de citas anteriores) para tener una apasionada y discreta cita en el mugriento cobertizo, donde allí, no vino Angela, si no su madre : Rossa. Lo mató a cuchilladas, y se deshizó de la arma y seguramente de la llave que llevaba Charly encima. Como el espacio era reducido, quedó impregnada de sangre, por eso se cambió con ese vestido atrevido de su hija, nada apropiado para una mujer de su edad y talla. Más tarde se pusieron de acuerdo con su hija para inventaros una perfecta cuartada.
Al acabar mi discurso todos quedaron boca abiertos, yo me levante despacio doblando las rodillas para que el corto vestido adaptado perfectamente a mi cintura no enseñara nada más de lo permitido, y me dirigí asta la señora Rossa y su hija, a las que cogí por los hombros.
-Pero tranquilas, no pienso llamar a la policía, soy detective, pero ante todo soy una mujer, una joven como Angela, solo tenemos cinco años de diferencia, créeme, se más que nadie como té sientes Angela, como te sientes por lo que te ha echo ese hijo de puta; Os llevare a vuestra casa con mi coche – Entonces me gire con un agudo gesto de despreció hacia los otros tres – Y por cierto, me olvide de deciros que quien descincho las ruedas de vuestros coches: fui yo.
Mi intuición de alguna manera no me dejaba irme de aquí hasta que resolviera el enigma, asique, nostras nos vamos, y vosotros... haced lo que os de la gana. - Y con una petulante manera miá de ser, conduje a la salida la madre e hija, aun confusas por todo el alboroto y asustadas con lagrimas en los ojos. Las hice sentar en los asientos traseros de mi coche y la lleve cuesta abajo de la montaña, y para consolar a Angela y hacer más corto el largo camino que conducía a la cuidad más cercana, le conté mi historia. Una tan parecida a la de la Angela, de la cual estuvieron todo el trayecto llorando, pero yo no. Yo seguía mirando la carretera; mirando hacia adelante.
 

4º ESO: EL DINOSAURIO

                                                                              
A continuación podéis leer el microrrelato "El dinosaurio", el cuento más breve de la literatura española. Su autor es el guatemalteco Augusto Monterroso, sobre quien os he incluido también un enlace (con información biográfica y una antología de sus microrrelatos).

Este es el cuento:
                                                                
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Y este es el enlace que os comentaba más arriba, extraído del Centro Virtual Cervantes:

http://cvc.cervantes.es/actcult/monterroso/ 

jueves, 5 de mayo de 2011

4º ESO: AUTORES DE LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XX



                                                                                                                                
1. Busca información en Internet o en enciclopedias, diccionarios literarios, etc., sobre el escritor Gabriel García Márquez, y presenta esa información en una redacción que contenga los siguientes puntos:

a) Nacionalidad y fecha de nacimiento de García Márquez.
b) ¿Qué premios literarios importantes ha ganado García Márquez?
c) ¿Cuáles son sus obras literarias más importantes?
d) García Márquez es el autor más célebre del realismo mágico. Documéntate sobre el realismo mágico y expón en 4-5 líneas cuáles son las características de este movimiento literario hispanoamericano.


                                                                                 

2. Busca información en Internet o en enciclopedias, diccionarios literarios, etc., sobre el escritor Jorge Luis Borges:

a) Nacionalidad y fecha de nacimiento y muerte.
b) Busca información sobre qué peculiaridad física padeció Borges durante parte  de su vida.
c)  ¿Qué trabajos tuvo Borges, aparte del de escritor?
d) Título de sus dos o tres obras más importantes de narrativa.
e) ¿Qué tipo de cuentos escribía? ¿Eran cuentos fantásticos o de miedo al uso, convencionales? ¿Por qué se caracterizaban?

miércoles, 4 de mayo de 2011

4º ESO: "LA POESÍA" (JORGE LUIS BORGES)


                                                                  
He sido profesor de literatura inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y he tratado de prescindir en lo posible de la historia de la literatura. Cuando mis estudiantes me pedían bibliografía yo les decía: “No importa la bibliografía; al fin de todo, Shakespeare no supo nada de bibliografía shakespiriana. ¿Por qué no estudian directamente los textos? Si estos textos les agradan, bien; y si no les agradan, déjenlos, ya que la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda: tanto valdría hablar de felicidad obligatoria. Creo que la poesía es algo que se siente, y si ustedes no sienten la poesía, si no tienen sentimiento de belleza, si un relato no los lleva al deseo de saber qué ocurrió después, el autor no ha escrito para ustedes. Déjenlo de lado, que la literatura es bastante rica para ofrecerles algún autor digno de su atención, o indigno hoy de su atención y que leerán mañana.
Así he enseñado, ateniéndome al hecho estético, que no requiere ser definido. El hecho estético es algo tan evidente, tan inmediato, tan indefinible como el amor, el sabor de la fruta, el agua. Sentimos la poesía como sentimos la cercanía de una mujer, o como sentimos una montaña o una bahía. Si la sentimos inmediatamente, ¿a qué diluirla en otras palabras, que sin duda serían más débiles que nuestros sentimientos?
Hay personas que sienten escasamente la poesía; generalmente se dedican a enseñarla. Yo creo sentir la poesía  y creo no haberla enseñado; no he enseñado el amor de tal texto, de tal otro: he enseñado a mis estudiantes a que quieran la literatura, a que vean en la literatura una forma de felicidad. Soy casi incapaz de pensamiento abstracto, ustedes habrán notado que estoy continuamente apoyándome en citas y recuerdos. Mejor que hablar abstractamente de poesía, que es una forma del tedio o de la haraganería, podríamos tomar dos textos en castellano y examinarlos.
                                                            

martes, 3 de mayo de 2011

BAT: ¿EL POETA DICE...?

1) EL POETA ES UN FINGIDOR: ¿EL POETA DICE, O EL "YO POÉTICO" DICE?
 
El poeta es un fingidor que finge constantemente,
que hasta finge que es dolor, el dolor que en verdad siente.

Y, en el dolor que han leído, a leer sus lectores vienen,
no los dos que él ha tenido, sino sólo el que no tiene.
Y así en la vida se mete, distrayendo a la razón,
y gira, el tren de juguete que se llama el corazón.

FERNANDO PESSOA
                                                                    
POEMA EN LA MUERTE DE LAURA (FRANCESCO PETRARCA)
Sus ojos que canté amorosamente,
su cuerpo hermoso que adoré constante,
y que vivir me hiciera tan distante
de mí mismo, y huyendo de la gente,
Su cabellera de oro reluciente,
la risa de su angélico semblante
que hizo la tierra al cielo semejante,
¡poco polvo son ya que nada siente!
¡Y sin embargo vivo todavía!
A ciegas, sin la lumbre que amé tanto,
surca mi nave la extensión vacía…
Aquí termine mi amoroso canto:
seca la fuente está de mi alegría,
mi lira yace convertida en llanto.
                                                                                
SONETO X (GARCILASO DE LA VEGA) 
¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería!
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas.

  ¿Quién me dijera, cuando en las pasadas        5
horas en tanto bien por vos me vía,
que me habíais de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?

  Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por términos me distes,         10
llevadme junto el mal que me dejastes.

  Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

                                                                            
BORGES Y YO
         Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páinas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
         No sé cuál de los dos escribe esta página.

(El hacedor. Buenos Aires: Emecé, 1960)

                                            CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA
De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colemena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
—seguro de gustar— es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!

 2) ¿ES BELLO TODO LO QUE (EN ARTE) RELUCE?